A la hora de hacer una exposición oral delante de los compañeros, debemos evitar un todo de voz monótono y un volumen bajo, ya que eso puede hacer que la audiencia desconecte, se aburra y pierda interés en nuestro discurso. Con el ejercicio diario y la práctica, aprenderemos a subir y bajar el volumen de nuestra voz, a enfatizar determinadas ideas del discurso, a cambiar el ritmo y a introducir pausas que ayuden a resaltar conceptos y den tiempo a los oyentes a asimilar las ideas. Con todo ello, conseguiremos captar la atención de nuestro público.
Cuando estemos explicando o afirmando algo, debemos mostrar seguridad, y eso se consigue hablando con la voz alta, firme y sin titubeos. Además, deberemos hacer un esfuerzo por vocalizar correctamente y pronunciar bien todas las letras, para evitar confusiones en el discurso. La dicción de debe practicar cada día, no debe dejarse nunca de lado. Haremos también el esfuerzo de hablar alto, lo suficiente para que nos oigan claramente los espectadores de las últimas filas. Al proyectar la voz, conseguiremos llegar a todo nuestro público sin necesidad de gritar (y quedarnos afónicos).
Es bastante común que los nervios nos hagan hablar demasiado rápido, para pasar cuanto antes el mal rato. Pero al hablar deprisa nos ponemos más nerviosos, pronunciamos peor y es más probable que cometamos un error con alguna palabra o concepto. Por eso es tan importante estar relajado. Antes del discurso es recomendable realizar un pequeño ejercicio de respiración, a modo de calentamiento. Después, comenzaremos nuestro discurso de manera tranquila y hablando despacio. El hecho de hablar despacio facilitará que nuestros espectadores comprendan y asimilen mejor el discurso, y además nos hará proyectar una imagen de seguridad en nosotros mismos y en nuestras palabras.
Ejercicio de respiración: en una postura cómoda, sin tensiones, cogemos aire por la nariz y lo expulsamos por la boca, llenando bien los pulmones. Podemos colocar una mano a la altura del estómago y notar cómo trabaja nuestro diafragma.
Ejercicio de dicción: decir una frase a los compañeros empleando sólo una vocal. Ellos deberán entenderla y repetirla con una vocal diferente. Podemos ayudarnos con gestos.
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